Un año atrás comenzaban a circular entre la comunidad médica internacional los primeros informes sobre lo que se conoció como long covid (covid prolongado, en español).
Estos advertían que si bien los hombres -en su mayoría, de más de 50 años- padecían la covid-19 con una gravedad más importante que las mujeres, estas la sufrían durante mucho más tiempo que ellos. La proporción, de acuerdo a algunos estudios de un hospital de París (Francia) llegaba a ser de cuatro a uno, entre mayo y julio del año pasado.
Según cuenta el sitio Infobae, durante el último año estos resultados se repitieron en distintos centros de investigación de varios países del mundo: Bangladesh, Rusia, Reino Unido, Suecia y Estados Unidos. Los porcentajes de mujeres que padecen el covid-19 prolongado varían, pero en ningún caso bajan del 60%; incluso, investigadores estiman que la proporción total de pacientes femeninas con esta patología puede alcanzar el 70% o el 80%.
Infobae cuenta en su nota que en la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale (Connecticut, Estados Unidos) un equipo de científicos liderados por la inmunóloga Akiko Iwasaki viene estudiando las diferencias en el modo en que hombres y mujeres responden al virus SARS-CoV-2.
Uno de sus primeros hallazgos fue que las células T -buscan y destruyen las células infectadas por virus- son mucho más activas en las mujeres que en los hombres durante las primeras etapas de la infección. Se cree que un componente de esto se debe a la genética: las mujeres tienen dos copias del cromosoma X, y muchos de los genes que codifican varias partes del sistema inmunológico se encuentran en ese cromosoma.
Pero también estaría vinculado a una teoría llamada hipótesis de compensación del embarazo, que sugiere que las mujeres en edad reproductiva tienen respuestas inmunes más reactivas, debido a que sus sistemas inmunológicos evolucionaron para respaldar la mayor necesidad de protección durante el embarazo.
Pero esta mayor "fortaleza" esconde una trampa, que funcionaría como una de las principales teorías para explicar el covid-19 prolongado: los fragmentos del virus logran permanecer en lugares remotos del cuerpo -reservorios- durante muchos meses.
Algunos científicos piensan que estos reservorios virales tienen más probabilidades de desencadenar ondas de inflamación crónica en todo el cuerpo, lo que lleva a los síntomas de dolor, fatiga y confusión mental, caraxcterísticos del covid-19 prolongado.
No obstante, podría haber otra explicación. Muchos científicos que estudian el long covid creen que el virus puede haber desencadenado una enfermedad autoinmune, lo que hace que elementos del sistema inmunológico produzcan anticuerpos autodirigidos -autoanticuerpos-, que atacan los propios órganos del cuerpo.
Indica Infobae que desde diciembre del año pasado, Iwasaki y otros publicaron estudios que identificaron niveles elevados de más de 100 autoanticuerpos diferentes en pacientes con covid-19, dirigidos contra una variedad de tejidos desde el revestimiento de los vasos sanguíneos hasta el cerebro.
El nivel de algunos de estos autoanticuerpos disminuyó naturalmente con el tiempo, pero otros persistieron. Iwasaki cree que si estos autoanticuerpos permanecen en la sangre de los pacientes con covid-19 durante muchos meses, podría explicar muchos de los síntomas comunes, desde la disfunción cognitiva hasta los coágulos y la disautonomía, una condición en la que los pacientes experimentan una incomodidad y aumento rápido de los latidos del corazón al intentar cualquier tipo de actividad.
Iwasaki ahora está realizando otro estudio para examinar si ciertos autoanticuerpos están presentes en niveles altos en pacientes mujeres con el síndrome. Si este resulta ser el caso, no sería sorpresa: los virus se relacionaron durante mucho tiempo con la aparición de enfermedades autoinmunes, desde la diabetes tipo 1 hasta la artritis reumatoide, y las encuestas encuentran que las mujeres representan el 78% de los casos de enfermedades autoinmunes en Estados Unidos.